domingo, 20 de febrero de 2011

en conseva...



Aun habiendo dejado los pensamientos en salmuera
con un tiempo que ha transcurrido sin intersticios,
la muerte se encuentra al alcance de la mano

sin miedo, al no.

Una advertencia coleccionada,
la preferida, se antepone:
dejar de pensar...
tener la mente piedra
vagabunda y silenciosa.

Así… 

más parecida
a las calles de la infancia,
en  horarios de la siesta
solitaria y muda

simple y descocida.





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